Su ideología era liberal, pero decía que a veces era necesaria la intervención del Estado, se decía que era una “economía abierta”.
La economía Keynesiana se centro en el análisis de las causas y consecuencias de las variaciones de la demanda agregada y sus relaciones con el nivel de empleo y de los ingresos. El interés final de Keynes fue poder dotar a unas instituciones nacionales o internacionales de poder para controlar la economía de las épocas de recesión o crisis. Este control se ejercía mediante el gasto presupuestario del Estado, política que se llamó política fiscal. La justificación económica para actuar de esta manera, parte sobre todo, del efecto multiplicador que se produce ante un incremento en la demanda agregada.
Keynes refutaba la teoría clásica de acuerdo a la cual la economía, regulada por sí sola, tiende automáticamente al pleno uso de los factores productivos o medios de producción. Keynes postuló que el equilibrio al que teóricamente tiende el libre mercado, depende de otros factores y no conlleva necesariamente al pleno empleo de los medios de producción, es decir, que los postulados básico de Smith, depende d una premisa que no es necesariamente correcta o “general”. Así Keynes postuló que la posición de Smith, Say o Ricardo, sobre el equilibrio de la oferta y la demanda, sería correspondiente a un caso “especial” o excepcional, en tanto que la teoría debería referirse al proceso “general” y a los factores que determinan la tasa de desempleo en la realidad. En consecuencia llamó a su proposición “Teoría general”.
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